Era un martes de junio. Llovía en la capital. Había muy poca gente en las calles de Santiago y el frío era tan irresistible que hasta los más ardientes buscaban abrigo. Luna, una joven de 18 años, se disponía a salir para juntarse en la casa de una amiga. Su abuela, Oriana, decidió llevarla en su automóvil. Era de noche y el peligro podía estar a la vuelta de la esquina.
El destino era pleno centro de Santiago. La hora de llegada era a las 10:30 de la noche. Llamarían al momento que la joven entrara en la casa de su amiga. Pero nada ocurrió como estaba planeado. Cinco semáforos antes de la detención final, un grupo de individuos las paró de sorpresa impidiéndoles el paso por una extraña razón.
Brutalmente la joven fue sacada del auto e introducida en una camioneta situada a pocos metros del automóvil. Oriana, dispuesta a hacer de todo por retener a los desconocidos, salió tras ellos recibiendo un disparo en la cervical. Largos minutos pasaron desde que ella quedó tendida en el frío suelo santiaguino. Sin embargo, una extraña llamada dio aviso a los familiares más cercanos de la anciana y la muchacha.
La denuncia a Carabineros dio la alerta de un secuestro y un intento de homicidio en el centro de la capital. Los padres de Luna, Estela y Magnol, comenzaron la ardua tarea de encontrar a su hija, mientras la madre de ésta, Oriana, se encontraba en estado vegetal sin poder ayudar en la investigación de la detective a cargo, Victoria Mortis.
Propuesta por un fiscal, la detective Mortis, destacada por resolver variados casos de secuestro express en el país, será la que lleve el mando de la investigación de encontrar a los posibles culpables del caso. Su intención será llevar a la cárcel a Morgana Tarnok, tía de Luna, por haberse casado hace casi diez años con Camilo, ex novio de Victoria, y quitarle el amor de su vida.
Otra sospechosa es Malvina, hermana de Morgana y Magnol, quien odiaba a Luna por haberle quitado a Pablo, un joven adinerado, que la dejó plantaba el día de la boda por irse con la joven secuestrada.
No obstante, el gran problema que tendrá la detective para dilucidar el caso será el Oficial Estrada, un hombre que llegó el día del secuestro a constatar lesiones y que seguirá el caso con el propósito de encontrar a los culpables mucho antes que su par no uniformada.
Así comienza esta historia. Donde casi una decena de personas serán los sospechosos de un secuestro que esconde mucho más que un pseudo-crimen en plena vía pública. Una novela llena de misterios, suspenso y amor.